Si hay un país poco conocido de Asia Central ese es Turkmenistán. La dificultad para obtener un visado hace que muchos viajeros eviten atravesar el país. Eso sumado a una cerrada política dictatorial hace que poca gente se anime a viajar a Turkmenistán.
Pero yo quiero descubrírtelo porque para mí ha sido, cuanto menos, sorprendente.
Turkmenistán se encuentra ubicado en el Desierto de Karakum, son pocas las ciudades del país y entre unas y otras hay muchos kilómetros de nada. Absoluto desierto sin una sombra donde guarecerse.
Es cierto que existen algunos pueblos pero esto lo sé porque vi carteles en la carretera que señalaban direcciones perdidas en medio del desierto, porque lo que es ver, solo vi uno al que nos desviamos a comer algo.
A la hostilidad del paisaje se suma la hostilidad de la gente, que en general lo único que busca en ti es un beneficio económico. De hecho existen dos precios, el local y el turista. Y nadie va a esconder que por ser turista te están cobrando el doble o el triple, te lo dicen a la cara. La gente, en general, no te va a ayudar y muchos moverán la mano en tu cara como quien espanta a una molesta mosca para que desaparezcas. De hecho yo odié a los turcomanos hasta que conocí al chico que salvo un país.
Julia, lo estas pintando genial, vaya ganas de viajar a Turkmenistan… ¡Yo aviso para que nadie se sorprenda! Como también te digo que tiene cosas sorprendentes y que me alegro enormemente de haber conocido el país.
El visado de turismo te servirá para estar en el país el tiempo que quieras. Pero te aviso, es caro, carísimo. Este visado se obtiene contratando un viaje organizado con alguna agencia oficial, haces el viaje cerrado y con un precio por día que oscila entre los 150€ diarios. Para mi gusto sale cara la broma.
El visado de transito es, como máximo, de 5 días pero personalmente creo que es tiempo suficiente para visitar los lugares fundamentales del país. Este visado sirve para quienes están recorriendo Asia Central y necesitan atravesar el país. Ten en cuenta que es una visa de transito, quiere decir que entras desde un país y sales a otro distinto, nada de volver por el mismo camino.
Uno de los problemas de esta visa es que es de días específicos. Es decir, tienes que decir exactamente el día que entras y el día que te vas.
El precio es de 75$, a pagar en dólares y ojo, dólares con no más de 10 años, a nosotros un billete de 2006 nos dijeron que era viejo y no valía aunque estaba en perfecto estado.
Para pedir el visado en una Embajada de Turkmenistán vas a necesitar presentar:
El proceso puede durar entre 1 y 6 semanas, aunque lo normal son 10-15 días. Si estas viajando y no quieres esperar lo que demora el proceso puedes pedir el visado en una embajada y recogerlo en otra. Nosotros lo pedimos en Teheran y lo recogimos en Mashad (ambas ciudades iraníes) en un lapso de 15 días.
La moneda de Turkmenistán es el manat turcomano. Y es de esas monedas que no valen nada. Fuera de Turkmenistán no te la cambiará ni una persona del país… Lo que no te gastes serán un bonito papel de recuerdo.
¿Y cuánto vale el manat? Oficialmente 1€ equivale a 3,95 TMT, pero en el mercado negro por 1€ puedes conseguir entre 15 y 21 TMT. En el bazar de Tolkuchka (te hablo de él más abajo) encontrarás un buen cambio.
En la frontera con Irán y con Uzbekistán encontrarás también cambio de manat si quieres entrar con la moneda al país pero ni estos lugares te cambiaran de manats a cualquier otra moneda. Te aviso porque yo tengo unos bonitos souvenirs en forma de billetes.
Si alguna vez has buscado información sobre el país habrás visto que Turkmenistán es una dictadura. Pero además una dictadura de esas que parecen más de coña que verdad. De esos dictadores que imponen cosas absurdas, les encanta la máxima opulencia y además la gente de su país le importa una soberana mierda.
Para que te hagas una idea, al señor dictador se le ocurrió un día que los coches negros no hacían juego con su preciosa capital de mármol y los prohibió. La gente tuvo que pintar sus coches por este capricho. Y es que Gurbanguly Berdimuhamedow, que antes de dictador fue odontólogo, es muy supersticioso y cree que el blanco da suerte.
Y este es un santo comparado con el que tenían antes que, entre otras cosas, cambio el nombre de los meses por nombres de gente de su familia, escribió un libro declarado ‘constitución moral’ de estudio obligatorio, y se hacía llamar ‘Padre de todos los turcomanos’. Prohibió a los presentadores de TV el maquillaje, la ópera, el ballet y el circo. Y una de sus mejores medidas: dejó sin pensión a más de 100.000 personas, principalmente campesinos y discapacitados. Ese, el que se hacía llamar ‘Padre de todos los turcomanos’. Por suerte se murió el día de la semana que el mismo había llamado, años antes, Día Bendito. Ironías de la vida.
El actual dictador, algo más suave levantó la prohibición sobre el ballet y la ópera, y dejó acceso a internet, aunque con restricciones. Además devolvió a los meses y días de la semana sus nombres. Aunque esto no ha evitado que Turkmenistán siga siendo uno de los países más represivos del mundo y que las organizaciones de Derechos Humanos critiquen las constantes medidas del gobierno. Algo que sí tienen en común los dos personajes es su marcado culto a su persona.
He de decir que en realidad sí hay elecciones en el país. Taaaan democráticas que el señor suele sacar entorno al 97% de los votos. Todo muy creíble.
Y otro dato que no puedo dejar de contarte: el nuevo dictador era el dentista del anterior. Como lo lees.
Esta dictadura es apoyada desde Moscú y Pekín, pues tanto Rusia como China se benefician económicamente de sus relaciones comerciales con el cuarto país más rico en gas del mundo.
La capital del país me dejó muy impresionada. Al entrar no pude evitar empezar a mirar a mi alrededor sin creerme lo que veía. Tras muchos kilómetros por el desierto entré en esa ciudad blanca y dorada, reluciente, monumental. Por algún motivo me pareció una ciudad distópica, más propia de una película que del mundo real. Edificios de mármol, esculturas de oro, pantallas gigantes por doquier. Creo que la palabra que mejor la define es megalómana. No pude evitar pensar en Los Juegos del Hambre.
Pomposa, llena de derroche, con cierta rigidez dictatorial. Ashgabat es la capital que más records mundiales recoge. Entre sus características destaca la de ser la ciudad con más edificios construidos en mármol blanco del mundo, tener el mástil de bandera más alto del mundo o la mayor noria cubierta.
Las paradas de autobus son cerradas y cuentan con aire acondicionado y televisión. Las pantallas de LED inundan la ciudad, y las esculturas ecuestres con la máxima pompa salpican rotondas y plazas.
Casi no tiene tráfico, ni gente caminando por la calle. Aunque eso último puede deberse a los agradables 50° de temperatura.
En las afueras de Ashgabat, unos 10 kilómetros al norte, se ubica el bazar de Tolkuchka, uno de los mercados más interesantes del país y el más grande al aire libre de toda Asia Central. En él se conserva la esencia real del país y no la locura de la capital y podrás ver toda clase de productos.
Probablemente el mayor atractivo del país es el Cráter de Darwaza, también conocido como la Puerta al infierno.
En tiempos de la URSS un grupo de ingenieros estaba buscando pozos petrolíferos cuando se tropezaron con una bolsa de gas que se hundió y abrió un agujero de donde empezaron a salir gases tóxicos.
Para reducir la toxicidad de las emisiones decidieron prenderle fuego. Calcularon que estaría ardiendo unos 4 años. Ya van 40. Y el agujero ha ido creciendo lento pero constante a lo largo de los años.
Hoy en día se ha instalado un campamento de yurtas a pocos metros de distancia pero lo cierto es que está en mitad del desierto y si no vas con un tour organizado (solo posible con un visado de turismo) deberás llevar todo lo que necesites para pasar allí la noche, incluyendo comida y agua.
Nosotros llegamos por la tarde, aún de día, y pudimos verlo con luz. Nos instalamos y vimos el atardecer desde una colina cercana. Pero el verdadero espectáculo llegó al caer la noche. Cuando la luz del fuego es la única que ilumina el lugar y se puede apreciar su intensidad en todo su esplendor.
Realmente parecía la entrada a otro mundo. Uno aún más caluroso que el asfixiante desierto turcomano. De hecho, hay que tener cuidado pues cuando estas cerca, si la dirección del viento cambia y va en tu dirección, la sensación es de que te estas achicharrando vivo.
En las afueras de esta ciudad fronteriza se encuentran los restos de la antigua ciudad, declara Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La ciudad fue arrasada por las hordas de Genghis Kan en 1221 aunque luego volvió a ser habitada hasta su abandono en 1700.
Hoy en día lo que se mantiene en pie son, fundamentalmente, mausoleos de diversas épocas en lo que se conoce como la colina Kyrk Molla, lugar de carácter sagrado.
Entre los edificios más destacados está el Mausoleo de Turabel Khanun (el de la foto) que en su momento estaba cubierto de azulejos, de los cuales solo quedan algunos restos. En su interior, la cúpula, aún mantiene casi toda su decoración y permite apreciar el esplendor que debió tener la ciudad. Es realmente bonita.
Llama la atención, también, el minarete de Kutlug Timur, del siglo XI y XII y con 60 metros de altura. Aún mantiene algunas inscripciones en sus desgastados ladrillos.
Te aseguro una cosa, no quieres entrar en este país sin un seguro médico. Yo siempre te recomiendo ir con Chapka Seguros, por su buen servicio y grandes coberturas además de sus excelentes precios. Además si contratas desde el enlace tendrás un 7% de descuento.
¿Te gustaría viajar a Turkmenistán?
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2 respuestas
¿Con Chapka seguros? ¿Has tenido algún problema médico en algún país y te han atendido bien? Yo tuve un percance en Sumatra y otro en India y fatal!! De hecho hasta conté la experiencia en mi blog: https://oralecompadre.wordpress.com/2017/11/17/66-71-seguro-de-viaje-chapka-direct-mi-mala-experiencia-en-india/
Yo tambien espero poder visitar Turkeministan!!!! 😀 😀
Hola Meryl,
Siente que tuvieras una mala experiencia con ellos, para mi fue lo contrario. He leído tu articulo y veo que tu problema principal fue que no respondían al teléfono, ¿sabes que tienen dos teléfonos, el normal de la oficina y el de atención médico 24 horas? Ya te digo, yo nunca he tenido ningún problema con ellos. Me rompí la muñeca en Tayikistán en un accidente de moto y me dieron mil facilidades. Es más, Chapka permite que en situaciones como la tuya simplemente te diriges al hospital más cercano y luego ellos te reembolsan los costos.
¡Turkmenistán es curioso, muy curioso!
Un saludo,
Julia