América
Las minas de Potosí, viaje al centro de la tierra
Visitar las minas de Potosí en Bolivia y sus altares al Tío.
Julia Del Olmo
19 noviembre, 2015
Medio escondido en la sierra de Guatemala, con un difícil acceso por carreteras un tanto recónditas, se encuentra el pueblo de Lanquín. Ubicado en un lugar privilegiado, rodeado de cuevas, cascadas, ríos, selva y una comunidad con un fuerte componente indígena forman este pintoresco pueblo. Descubre qué ver en Lanquín y el Santuario Natural de Semuc Champey.
La llegada a Lanquín no es fácil. Principalmente porque solo desde Ciudad de Guatemala hay autobuses directos. Si te encuentras en Atitlán, Antigua o Flores tendrás que cambiar al menos un par de veces de autobús para poder llegar. Eso sí, el camino merece igualmente la pena por la cantidad de paisajes espectaculares con los que te irás cruzando.
La carretera que llega hasta Lanquín es la número 6, lo mejor que puedes hacer es ir a la estación y preguntar. Los conductores te dirán en qué pueblo parar para tomar otro autobús hasta llegar a Lanquín, en el departamento de Alta Verapaz.
Ten en cuenta que los autobuses los llenan hasta que no cabe ni un alfiler. Y si más gente llega te suben al techo. Si quieres ser uno de los afortunados que van sentados o bien tienes suerte o te esperas a que salga el siguiente. El transporte guatemalteco no se distingue por su comodidad.
A un kilómetro escaso antes de llegar al pueblo el conductor del autobús pregunta si alguien quiere bajarse en las grutas.
Resulta ser una cueva bastante grande y pobremente iluminada cuya entrada está al lado del precioso río Lanquín, de aguas turquesas. La frondosa vegetación que cubre los alrededores hace que te sientas perdido en medio de la selva, aunque sepas que el pueblo está ahí a escasos kilómetros.
Pero si por algo son famosas las grutas no es por las caprichosas formas de sus estalactitas y estalagmitas. Es famosa porque al caer el día miles de murciélagos salen de la cueva y forman un espectáculo digno de verse.
Tras bañarse en el río la ruta hacia el pueblo se pasa rápido y sin calores.
El pueblo de Lanquín es pequeño y sencillo. La mayoría de la gente que habita allí son indígenas y bastantes de ellos apenas chapurrean unas palabras de español. No hay cajero automático, solo hay una tienda y solo un hombre cambia moneda a unos precios horribles y tan solo un restaurante que personalmente definiría como tan solo como pasable.
Cuando estuve allí tuve la suerte de coincidir con la fiesta patronal de San Agustín. Las calles se llenan de gente. Las tradiciones religiosas católicas se han mezclado con las tradiciones indígenas y el resultado son procesiones y misas con gente vestida de colores con máscaras de animales. Músicas de guitarra en lenguas ancestrales y una feria donde comer.
El Santuario Natural de Semuc Champey es sin duda la estrella del lugar. El conjunto de cascadas y pozas invita al visitante a pasarse la tarde o la mañana en remojo, o, si tienes tiempo, el día entero. La entrada cuesta 50 quetzales.
El santuario tiene caminos donde se pueden leer distintas explicaciones sobre la flora y fauna del lugar, además de algunos comentarios sobre la relación entre la población local y el paraje.
Estas pozas, además, cuentan con unos pececillos que comen piel muerta y mientras te bañas notarás pequeños bocaditos que hacen cosquillas, también hay algunos que están más gordos y cuando muerden notas como un pellizco. Un auténtico spa natural.
Desde Lanquín a Semuc Champey salen unas camionetas. Te montas en la parte trasera, de pie, y cuando va lleno salen hacia el santuario a unos 11 kilómetros del pueblo.
De camino hay un puente de unos 7 metros de altura desde el cual puedes saltar al río. Solo tienes que pedirle al conductor que pare y te espere mientras. No apto si tienes vértigo.
Cuando yo estuve no había una gran cantidad de alojamientos en el pueblo, de hecho solamente había uno. Ahora han proliferado algo más con la popularidad del pueblo.
Como yo acampé y por tanto no puedo recomendarte ningún alojamiento en concreto pero puedes echar un vistazo a los alojamientos que hay en booking que seguro encontrarás algo interesante.
Ya sabes que siempre recomiendo ir con seguro de viaje (desde mi accidente de moto lo tengo más claro que nunca). Yo lo hago con Chapka Assurance porque tienen los mejores precios y coberturas además de asistencia 24 horas en castellano. Además, por ser lectora de Camino Salvaje, tienes un descuento del 7% si lo contratas desde este enlace.
¿Conoces algún lugar en Guatemala tan impresionante como Lanquín?
Visitar las minas de Potosí en Bolivia y sus altares al Tío.
Mito Guarani: el origen de la yerba mate
La ciudad de Marsella esta llena de vida, de contrastes, de culturas que se mezclan en un mismo espacio y que confieren a esta ciudad
