Aniversario del blog: 3 años de Camino Salvaje

Echo la vista atrás y alucino con llevar tres años escribiendo en el blog. A momentos me parece que han pasado siglos desde que inicié el blog, y en otros momentos pienso que fue ayer. Que aún no tengo ni idea de nada.

Este último año ha sido especial (bueno, creo que todos lo han sido). Te cuento lo que me ha pasado, las novedades, las expectativas y los cambios que se avecinan.

Aviso: viene un notición de los gordos.

En este año el blog ha seguido creciendo, he abierto algunas secciones nuevas como la tienda viajera o la Consultoría de viajes. Y son dos secciones que quería tener hace mucho tiempo.

Además, este año ha estado marcando sin duda por mi último gran viaje, el que me ha llevado de Madrid a Mongolia en una moto de 125cc. Un viaje del que algo he ido contando por las redes sociales y en publicaciones externas al blog, como los artículos de Moto1pro. Ha sido especial, ha sido salvaje.

He cumplido sueños viajeros como recorrer algunos lugares míticos de la Ruta de la Seda y sueños de historiadora como caminar entre las ruinas de Persepolis o contemplar la tumba del mismísimo Filipo II de Macedonia.

Pero lo más gordo de este año ha sido también lo más inesperado. Y es que YA NO VOLVERÉ A VIAJAR SOLA. Hay una nueva incorporación a los miembros del blog.

Pues sí, una pequeña viajera se une a esta aventura a partir de marzo. Y en contra de la corriente de pensamiento general, eso no va a hacer que deje de viajar. Al contrario, ahora tengo otro motivo, aún más poderoso, para ello. Y es que habrá que enseñarle el mundo, para que aprenda a amar lo que le rodea desde pequeña. Que aprenda a través de la experiencia, cómo es la tierra, el bosque, el mar.

No voy a negar que me asusta la idea, igual que me asustaba la idea de irme de casa con un billete sin vuelta la primera vez. Pero sé que, al igual que en aquella ocasión, ni seré la primera ni la última persona en hacer algo así.

De hecho, el haber conocido niños y familias viajeras es lo que más me motiva a esta nueva perspectiva, y es que esos niños están mucho más despiertos que los que nunca han salido de su entorno, ¿y no quieren todos los padres lo mejor para sus hijos? Yo creo que viajar es el mejor regalo que le puedo hacer a la mía.

Es evidente que sí va a cambiar la forma de hacerlo, el modo de viajar. Todo será (aún) más despacio y el nivel de aventura e improvisación habrá que disminuirlo. Empezaremos con cositas fáciles y cercanas, lugares donde la sanidad no sea un problema. No por ella, sino para que yo pueda aprender a viajar con mi nueva compañera.

Y cuando nos conozcamos un poquito haremos nuestro primer viaje largo juntas, porque la nueva viajera es mitad española, mitad argentina, así es que al otro lado del charco también la esperan. Y bueno, para qué nos vamos a engañar, yo me muero de ganas por volver a Sudamérica…

Sabes que me encanta saber de ti,

así es que ¡espero tus comentarios abajo!