Sin duda una de las cosas más increíbles que he visto en mi vida ha sido ver ballenas jorobadas en Puerto López a su paso por la localidad mientras migraban hacia el norte. Algo que no olvidaré fácilmente.
Puerto López es una pequeña ciudad en la costa ecuatoriana a 500 Km de Quito y 45 Km de Montañita sin mucho interés en general y con un gran atractivo en particular. Lo que hace más famoso a este lugar es encontrarse en la ruta migratoria de la ballena jorobada. Por ello, mientras en Montañita podemos disfrutar de la fiesta, en Puerto López podemos descubrir una increíble naturaleza
Es un lugar muy tranquilo y no tan masificado de turismo como otros enclaves de Ecuador y además es el punto de partida para visitar el Parque Nacional Machalilla.
Este parque abarca tanto una parte terrestre como una parte marina y en él podemos encontrar una variada fauna con 81 especies de mamíferos, 270 de aves y 143 de peces.
Es un entorno único si te gusta la naturaleza en estado puro, los animales en libertad y todo combinado con algunos de los restos arqueológicos más representativos del país, como los de la cultura Valdivia, una de las más importantes de Ecuador.
Uno de los rincones más famosos del Parque es la Playa de los Frailes, poco frecuentada, es un buen lugar para ir a descansar. Además desde allí sale un sendero que sube hasta el mirador desde donde podemos ver la playa, el parque y con suerte alguna ballena.
Entre los Frailes y Puerto López se encuentra la Comuna Agua Blanca donde se conservan restos arqueológicos de la cultura Manteña de hace más de 5.000 años.
Esta pequeña isla (incluida dentro del Parque Machalilla y conocida como la Galápagos de los pobres) debe su nombre a la leyenda de que Sir Francis Drake ocultaba los tesoros que robaba a los barcos españoles en esta isla. Se puede llegar a ella en barco desde Puerto López que se encuentra a unos 40 Km.
La diversidad ecológica de la isla abarca varias clases de alcatraz, lobos marinos o delfines entre otras especies. Cuenta con varios senderos que podemos recorrer para descubrir los secretos de este enclave del Pacífico.
También desde Puerto López podemos salir a visitar la isla Salango
Desde Puerto López podemos contratar una excursión en algunas de las muchas agencias que se dedican al avistamiento de ballenas.
La temporada alta es en los meses de Junio a Septiembre, cuando la ballena jorobada pasa frente a las costas ecuatorianas y se aparea en la zona antes de seguir su viaje.
El 22 de Junio se celebra en Puerto López el Festival Mundial de Observación de la Ballena Jorobada. Desfiles, música, danza, gastronomía, todo para dar la bienvenida a los visitantes antárticos que comienzan a llegar.
Dentro de la temporada el avistamiento de ballenas es seguro 100% y así te lo garantizan las distintas agencias. Los barcos, con GPS, marcan los lugares donde se han visto los cetáceos y se lo comunican los unos a los otros (‘Tenemos a un macho en no sé donde‘ o ‘un grupo de hembras con crías se mueve hacia X’).
El tour incluye un desayuno y durante el viaje también se pueden observar distintas especies de aves en los acantilados de la zona.
Tiene un precio entre 20 – 30 dólares.
La ballena jorobada es una de las más grandes que podemos ver y además su carácter curioso y social hacen que el avistamiento sea de lo más interesante.
Se acercan a los barcos a cotillear por lo que puedes verlas a escasos metros. Además, en la época de apareamiento, los machos se muestran de lo más encantadores saltando, dando coletazos y haciendo acrobacias que te dejan con la boca abierta.
Llegan desde la Antártida hasta aguas más calientes para reproducirse y tener las crías. Además de ser más seguro por la falta de orcas u otros depredadores.
Cuando monté en el barco para salir en busca de las ballenas aún no era consciente de lo que iba a vivir.
Preparada con la cámara para poder hacer fotos a todas las ballenas que viese, cuando vi la primera me quedé impactada por el tamaño, por la grandiosidad que emanaba de aquel animal. Y ya en ese mismo momento me olvidé de la cámara, de las fotos y prácticamente del mundo entero.
Lo único que importaba era mirar la criatura que tenía delante y que encima se contorsionaba encantado de mostrarse. No sé cuanto tiempo duró la excursión pero yo me hubiera quedado miles de horas más siguiendo a las ballenas…
De hecho la experiencia fue tan bonita que me gustaría poder volver a vivir algo así. En la siguiente ocasión me gustaría poder hacerlo en Argentina, es una de las cosas que se pueden ver en Puerto Madryn entre otros animales como lobos marinos o pingüinos. Y en esa ocasión iré acompañada de mi pequeña exploradora.
¿Has visto ballenas alguna vez?
¿Conoces más sitios donde poder verlas?
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