Crucero por los fiordos de Noruega
Domingo 24 de julio, Día 1, Southampton
Viendo a la gente subir al barco para el crucero me acuerdo del nuestro primer día (hace 10 días, pues estamos empalmando varios cruceros gracias al trabajo de Gonzalo como Oficial de Máquinas del Queen Victoria), y recupero las impresiones de mi diario:
Gigantesco puerto en Southampton desde donde salen las compañías de cruceros. Por 10 libras llegamos en taxi desde el alojamiento.
Al llegar a la terminal asignada al Queen Victoria no puedo evitar calcular la edad media de los asistentes. La Cunard es una compañía famosa por el hecho de estar enfocada en gente mayor pero no me podía imaginar que tanto. No son pocos los que van en silla de ruedas o en motitos para gente con movilidad deducida.
Gonzalo me ha contado que en el barco hay varias cámaras mortuorias. Vamos a viajar en un geriátrico flotante. Es verdad que para el crucero de los fiordos ha bajado un poco la media, se ven algunas caras juveniles y la mayoría rondará los 60 años, no los 80 como el crucero anterior.
Bording Pass, prueba de vacunación, test de Covid negativo con menos de 24 horas. Por suerte Gonzalo nos ha venido a recoger y nos ha pasado por el acceso de personal. Así es que cuando hemos accedido al barco éramos de los primeros pasajeros en subir. Como él se conoce el barco nos ha llevado directas al camarote, yo creo que me hubiese costado encontrarlo estando sola, con tantos pasillos y ascensores.
Al abrir la puerta me he quedado muda, nos han dado un camarote con balcón. Amplio, impecable. Una cama gigante y con las sabanas estiradas sin una sola arruga. El cubrecama azul y dorado con el escudo de la Cunard. Unos sobres con un mensaje de bienvenida y unas chocolatinas.
Hemos dejado las cosas y nos hemos marchado al bufet a comer. Hay de todo, con una pinta que me deja pensado cuánto puede engordar una persona en una semana. También veo que hay sushi. Y los postres. Ya veo que me voy a bajar rodando del barco.
Al salir a la cubierta donde está la piscina y los jacuzzis nos contagiamos del ambiente general: hace sol en Southampton y la gente está pidiendo cerveza y cocteles. Los ingleses, tan simpáticos como su clima, hoy se saludan entre ellos sin conocerse y reparten sonrisas ante cualquier cruce de miradas. Celebran el inicio de sus vacaciones. Se respira ilusión por lo que comienza.
Lunes 25 de julio, Día 2, navegación
Anoche nos dejaron el programa de actividades del barco. Desde las 6 de la mañana hasta la madrugada tienes algo que hacer. Marco mis preferencias del día, teniendo en cuenta que con Asia y Abril no puedo acudir a todo lo que me gustaría, entre las cosas que no haré están esgrima o la clase de acuarelas.
A las 11:15 hemos ido a Zumba. Zumba Gold, que es como Zumba pero relajado. Supongo que va en consonancia con otra de las actividades del barco: el chairobic, aeróbic sentado. A nosotras nos ha gustado, hemos movido el cuerpo y Asia ha seguido muy bien las secuencias. Clase apta para niñas de 3 años y gente que vivió la II Guerra Mundial.
Hoy a las 15:00 hemos ido a tomar el Afternoon Tea que se celebra en el gran salón de baile. Lo cierto es que no imaginaba que fuese un evento tan popular en el barco. Cuando hemos llegado la sala estaba a rebosar, me ha costado encontrar una mesa libre y unos minutos después la gente hacía cola por una mesa. En cuanto nos hemos sentado Asia ha intentado tomarse la leche. Le he dicho que esperara un poco: nadie tocaba aún ni una taza y las camareras aún no estaban. Luego han parecido y se han puesto alrededor de la pista con las bandejas plateadas (¿o de plata?) preparadas y sus uniformes blancos, guantes incluidos. A las 15:00 en punto el guitarrista ha comenzado a tocar y los camareros han empezado a dirigirse a las mesas, la gente ha aplaudido. Estábamos en el Queens Room, con todos esos camareros vistiendo para un evento de la realeza, con la música de fondo: soy capaz de emocionarme por cualquier cosa.
El origen de la tradición británica del té de la tarde se remonta a la séptima Duquesa de Bedford, Anna Maria, que en 1840 quiso tener un pequeño descanso entre la comida y la cena.
En la Cunard se enorgullecen mucho de esta sesión y su exquisita puntualidad, esto último me lo imagino por la cantidad de veces que remarcan que la hora son las 15:00.
Junto con el té nos han servido, en este orden:
— Sandwiches:
- Carne asada con mayonesa de rábano picante en pan blanco
- Queso cheddar con mayonesa de rábano picante en pan blanco
- Pollo desmenuzado servido en pan mollete
—Dulces:
- Bizcocho de frutas escarchadas
- Mousse de té de menta
—Scones
- Panecillos de pasas con nata cremosa devonshire y mermelada de fresa
Si querías también te servían champán: desde 9 a 16,9 $ la copa de 150 ml, según el champán, o desde 42 a 78 $ la botella. El 15% por el servicio aparte. Un palazo por el glamour a la hora del té. Sin embargo, las copas se veían circular de un lado a otro.
Luego hemos ido a buscar a Gonzalo, a por una guía de Noruega a la biblioteca y a las 18:00 a llevar a Asia a la guardería. Aunque no lo parezca cuando caminas por el barco hay casi 100 niños a bordo y han asignado turnos de la guardería.
Hoy es día de gala, nos hemos arreglado todos y nos hemos ido a cenar, luego hemos bajado al Queens Room a echar un par de bailes, Asia se entrega en el centro de la pista.
Martes 26 de julio, Día 3, Bergen
A la noche nos habíamos metido en una tormenta increíble que ha hecho moverse el barco tanto que lo notaba desde la cama. Y, al llegar a Bergen, casi ni se veía de la lluvia y la niebla.
Como nos hemos levantado muy tarde ya hemos aprovechado para hacer una comida temprana, directamente. El Lido (el bufet del barco), estaba hasta arriba de gente, las mesas casi todas ocupadas. Un ajetreo importante.
El caso es que hemos hecho un poco de tiempo a ver si mejoraba el clima. Tras la siesta de Abril, a eso de las 15:00, hemos decidido salir. Yo, cuando hemos llegado a la puerta para desembarcar he dudado, pero Asia ha dicho que sí. Y allá que hemos ido. Llovía, hacía viento y frío, parecía de todo menos verano. Y encima hoy hemos desembarcado en el muelle más lejano del centro.
No llevábamos ni 200 metros fuera del puerto cuando Asia ha dicho que media vuelta, que tenía frío. De Floien no se veía nada de lo tapado en niebla que estaba, ¿qué sentido tenía seguir? Hemos dado media vuelta al barco.
Una berga Bergen, como dice Gonzalo. Me consuela que el tramo hasta llegar sí lo he podido ver y disfrutar. La otra vez que vinimos a Bergen (habíamos pasado por Noruega en un crucero hacia Islandia) llegamos a las 8 de la mañana así es que me perdí la llegada. Para acceder hasta la ciudad en barco vas pasando entre islas, peñones, bosques, casitas perdidas entre islas. Y la lluvia y la niebla le daba un toque irreal.
Me quedo con que es la segunda vez que hacíamos escala y la otra vez pude ver el Bryggen ,el barrio antiguo de casas de madera, Patrimonio de la Humanidad; y el Fisketorget, el mercado de pescado. Ambos super turísticos pero por un buen motivo.
Desde 1217 Bergen fue capital de Noruega durante 80 años. Y en 1343 pasó a ser un puerto de la Liga Hanseática (Alemania) y el comercio de la zona se disparó. Durante 200 años los mercaderes hanseáticos ‘reinaron’ en la ciudad. En 1630 las fábricas cerraron y en 1702 hubo un incendio que arrasó con el centro de la ciudad. Uno de los muchos incendios de la historia de Bergen: por eso pocas de las casas de Bryggen son las originales medievales. En esas circunstancias, en 1764, los últimos mercaderes dejaron el puerto.
De vuelta en el barco Asia y yo hemos merendado y ahora se ha ido Gonzalo con ellas. Termino de escribir estas palabras y el barco reemprende la navegación.
A las 23:00 sigue siendo completamente de día. Tengo que cerrar las cortinas para que el sol nos deje quedarnos dormidas. Por las mañana tengo la sensación de que es super tarde por la cantidad de luz que entra cuando son las 7 de la mañana. La oscuridad nocturna dura apenas 3 ó 4 horas y ni siquiera es noche negra, sino como un intento vago de oscuridad.
Miércoles 27 de julio, Día 4, Olden
Probablemente lo mejor de este crucero sea el día de hoy, el viaje hasta Olden atraviesa el Nordfjord, y pasa al lado de Innvikfjorden.
Hemos ido a desayunar por la mañana y con la tripa bien llena nos hemos ido a pasear por Olden. Todo el pueblo repartido en casitas con vistas al fiordo. Sin un centro o casco antiguo propiamente. En lo que ellos llaman el centro del pueblo hay un par de supermercados, la iglesia, y el colegio (que me ha sorprendido por lo grande que es).
Hemos estado en el parque, por una explanada tirando piedras al agua y por una playa donde se veía super bien cómo la arena era toda de trocitos de conchas. Más grandes, más pequeñas, de unos colores, de otros. Un triturado de conchas.
Luego nos hemos encontrado con Gonzalo y nos hemos tomado un mate en un muelle tranquilo, hasta ha salido el sol. Le he hecho unas fotos a Gonzalo y Abril que me han recordado a las que les hice a Gonzalo y Asia en Patagonia, (¿en Bariloche?, creo que sí).
De vuelta en el barco hemos cenado hamburguesa del room service y una cerveza, con las geniales vistas que había desde el balcón. He estado mirando contenta y maravillada el paisaje y, cuando he mirado en el mapa, habíamos avanzado súper poco, me ha sorprendió lo despacio que se navega por los fiordos. Imagino que por motivos de seguridad, por una parte, y porque se adentran en tierra más de lo que había imaginado, por otro parte. Sea como fuere, este ha sido el mejor día de fiordos.
Por otro lado, en Olden, hay muchas cosas que se pueden hacer, aunque nosotros no hemos hecho ninguna. El ritmo de viaje con un bebé de 1 año y una niña de 3 es lento, reposado, incluye mucho parque y mucho parar a tocar cosas o mirar. Hay un glaciar cercano (Briksdal), hay una vía ferrata, hay una estación de esquí de verano, se puede hacer kayac y además hay varias caminatas por los alrededores. Todo una sorpresa. Todo cuidado, todo nórdico, todo perfectamente en su sitio, incluida la naturaleza.
También hemos aprovechado para mandar una postal a los abuelos.
Jueves 28 de julio, Día 5, Alesund
El día estaba un poco gris al despertar pero el tiempo ha cambiado y ha hecho sol y calor en Alesund. Una maravilla.
Al salir hemos visto el tren turístico y Asia ha querido montar. Yo tenía la pretensión de subir a Askla, el mirador de la ciudad, pero sabía que subir más de 400 escalones con ellas iba a ser imposible, así es que por el módico precio de 25€ hemos subido en tren. La verdad es que ha estado bien para conocer un poco Alesund y disfrutar del maravilloso mirador con un día tan despejado y bonito. Se veían unas montañas que quedaban fantástica de fondo de la ciudad.
La ciudad está situada sobre varias islas, y en 1904 sufrió un incendio que arrasó todo el centro, entonces de casas de madera. En aquellos años se pidió ayuda a varios arquitectos que hicieron Alesund una de las capitales europeas del Art Nouveau (Jugendstil, en noruego), junto con Barcelona, Riga, Viena o Helsinki.
Esta forma de viajar es un poco meh. Soy una turista de pies a cabeza, me da miedo que se me olvide viajar como antes, de forma independiente.
Al salir de Alesund he visto cómo giraba el barco para encarar hacia el mar, una maniobra que ha durado varios minutos y con una precisión como la de enhebrar una aguja.
Viernes 29 de julio, Día 6, Haugesund
Día soleado en Noruega, lo cual ya lo convierte en un buen día.
Cuando hemos bajado del barco he preguntado por algún parque, la mujer no sabía pero me ha ofrecido ir a un kindergarten, una guardería, que allí te reciben si quieres ir a jugar. Al empezar a caminar me he dado cuenta de que no me había enterado muy bien del camino así es que hemos cambiado de plan. Pero la idea me ha encantado y si volvemos a Noruega me encantaría que probáramos. Algo muy local y muy de niños, plan ideal para Abril y Asia.
Hemos ido con un shutter bus que organiza el crucero al centro de la ciudad, hemos parado a jugar en un parque que sí hemos encontrado; comer un perrito caliente; pasear por la calle principal, la de las compras: Haraldsgata; ir por Inner Quay, donde está el puerto local y donde hemos estado mirando barquitos; subido por la calle con el Fishermen Statue donde las niñas se han metido al agua en una fuente. Y luego hemos dado la vuelta. Nos ha gustado que la ciudad no es muy turística y se veía mucho ambiente noruego, no solo turistas por las calles como ocurre en Bergen, por ejemplo.
Mañana es día de navegación, así es que este crucero se puede dar por finalizado.
Conclusiones:
- En un crucero por los fiordos de Noruega si no contratas las excursiones apenas puedes disfrutar los fiordos. Seguramente aprovecha más el dinero un crucero por capitales o ciudades, pero no en uno donde la naturaleza es protagonista.
- El día más impresionante, el de Olden.
- No sé por qué la gente joven viene a un crucero, no son baratos y hay otros modos de viajar más interesantes, para mi gusto.
- A caballo regalado no le mires el diente.
Sábado 30 de julio, Día 7, navegación
Hoy nos hemos levantado antes de lo habitual. Por un rato he pensado que había que atrasar el reloj una hora, pero no, eso pasa esta noche.
El caso es que he llegado a pensar que nos habíamos puesto en marcha a las 8:00 pero no, eran las 9:00. Mi reloj biológico está perdido entre cambios horarios y noches que no son tal cosa.
Después del desayuno hemos ido a Zumba y lo hemos pasado genial, las 3, yo no he podido seguir mucho la clase con Abril, pero igualmente ha sido divertido, siempre me siento bien cuando muevo el cuerpo, ya sea bailando o haciendo deporte.
Luego hemos ido a la planta 3 del barco que es donde están las tiendas. Quería saber si había alguna con merchandaising de la Cunard y, efectivamente, hay una donde venden ropa, imanes, tazas, cuadernos, peluches… mil cosas de la compañía. En realidad hemos venido porque he visto a un niño con un peluche de un ‘queen’ y quería uno para las niñas (20$).
Hemos salido a la cubierta de esa planta y en la puerta nos hemos encontrado con Francisco, el único español que trabaja a bordo. Salíamos a caminar un poco y nos ha acompañado pero hacía mucho viento y Asia se ha empezado a quejar así es que hemos ido adentro. Por suerte le tocaba guardería (14:00 -16:00), que le encanta, y la he dejado allí. He puesto la lavadora y con Abril dormida me he pasado por la biblioteca.
Después de recoger a Asia hemos ido al gimnasio y a tirar pelotas en el pimpón. Luego hemos ido a recoger a Gonzalo.
Domingo 31 de julio, Día 8, Southampton
Hoy el día ha comenzado temprano, a las 7:30 de la mañana, cortesía de Abril.
Los pasajeros se bajan hoy, nosotras continuamos con el siguiente crucero, así es que hoy es un nuevo comienzo.