El Estado de Chin es uno de los más desconocidos de Myanmar. Y es que hasta el 2015 ha estado, prácticamente, cerrado al turismo. Los enfrentamiento militares obligaban a ello. Entre las nuevas áreas que se pueden visitar está Mindat y las mujeres de rostro tatuado que allí viven.
Mindat y las mujeres de rostro tatuado de Myanmar
Encaramada en medio de una colina, pasear por Mindat es sinónimo de subir y bajar. Callecitas de tierra y piedra. Escaleras que comunican unas calles con otras. Las casas con sus tejados de chapa y sus paredes de colores que parecen estar colgando en el paisaje.
Las motos levantan polvo del camino al pasar, envolviendo la visión y otorgando una pátina de irrealidad y misterio a la imagen. Como si de un filtro para una fotografía se tratase.
Las montañas de los alrededores me dejan fascinada. Desde el tejado de un edificio abandonado una vista de 360 grados me regala un paisaje fascinante, con el Monte Victoria, el más famoso de la zona, como protagonista.
Niños jugando en la calle. Muchos niños. Estos no pueden evitar las expresiones curiosas. No están acostumbrados a ver occidentales. Supongo que una mujer viajando sola despierta más curiosidad, si es posible. No se cortan en cogerme de la mano y tirar de mi. Y ¿qué voy a hacer yo? Dejarme llevar.
Me llevan a una pagoda donde jugamos al pilla pilla y comemos pipas. No puedo evitar reír. Esa risa sincera que nace del alma y limpia la mente. Vuelvo a tener 7 años.
Vemos atardecer, más por estar en el lugar ideal que por buscar ese ocaso. Es lo que te da la vida cuando te dejas llevar. Cuando te olvidas del reloj.
Pero el motivo de mi presencia en Mindat no es jugar. Voy en busca de unas mujeres. Y es que esta es la tierra donde habitan las mujeres de rostro tatuado de Myanamar.
Lineas azules, que en algún momento fueron negras, recorren sus rostros morenos. Delineando formas y cubriendo una tez que el tiempo ha llenado de arrugas.
Visito a una de estas mujeres en su casa. No tenemos ningún idioma en común pero por una vez me contento con solo mirar. Ella teje y yo observo. El movimiento de sus manos, pequeñas y arrugadas pero firmes. Tejiendo una manta en el porche. Pienso en el calor de los días y el frío de las noches en el pueblo.
Recuerdo la historia de estas mujeres, el origen de sus tatuajes. Mujeres que un día quisieron ser feas.
Cuentan las historias que en los tiempos de los reyes burma estos acudían a los distintos estados en busca de mujeres que llevar a sus harenes. Las mujeres chin tenían fama de ser las más bellas y los reyes acudían con frecuencia a raptar mujeres de estos grupos. Para evitar los secuestros decidieron convertirse en feas tatuándose el rostro.
La miro y pienso que en realidad sigue siendo hermosa.
Mientras paseo me cruzo con otras mujeres de rostro tatuado. Sí, siguen siendo hermosas. De hecho, cuando estas mujeres eran solo unas niñas, no tener tatuajes se había convertido en signo de fealdad y falta de valentía.
Los diseños de sus tatuajes varían según el grupo étnico al que pertenecen: Yin Du, U-Pu, Nga-Yai, Muun…
Entre ellas hay un grupo, que yo no logro identificar, que además de los tatuajes llevan unos grandes pendientes de colores. Tatuajes y dilataciones. Que poco modernos somos.
Como pasa a menudo, las tradiciones mueren y este caso no es diferente. Las mujeres ya no se tatúan la cara en el estado de Chin y solo las más mayores tienen los tatuajes. En los 60 el gobierno militar prohibió el uso de estos tatuajes y hoy las jóvenes no quieren tatuarse como lo hicieran sus abuelas.
Cada vez que me cruzo con alguna de estas mujeres, con sus rostros tatuados, se me encoge el corazón. Mi vena de antropóloga se debate contra la realidad de los hechos. Se niega a admitir la verdad. Solo quedan mujeres de más de 70 años con estos tatuajes. Y ya no quedan tantas. Pronto no quedará ninguna.
A mi me quedará el recuerdo.
Dónde dormir en Mindat
El escaso turismo de la ciudad hace que sean muy pocas las opciones de alojamiento. Te dejo el enlace para que puedas ver tu misma lo que se oferta.
¿Qué opinas sobre las tradiciones que mueren?
¿Crees que habría alguna forma de conservarlas?
2 respuestas
Una historia muy interesante sobre una tradición casi desconocida. Gracias por compartirla. Eres una referencia para todo lo relacionado con Myanmar 🙂
Un saludo,
Luis
Hola Luis!
Pues si, lo más triste es que es una tradición que en pocos años habrá desaparecido 🙁
jajaja, ¿si? que ilusión, ¡habrá que sacar más artículos interesantes sobre el país entonces!
Un abrazo!