El Festival de las Águilas de Mongolia

Cuando acaba el verano y las temperaturas bajan drásticamente, los nómadas de etnia Kazaja abandonan las montañas y bajan con sus rebaños hacia zonas algo más templadas y menos aisladas. Entonces aprovechan para reunirse antes de que lleguen las nieves y cada uno se guarezca en su yurta, o ger, como lo llaman ellos. Es cuando se reúnen en este Festival de las Águilas en el que muestran sus dotes cazando con estos animales. 

El Festival de las Águilas

Lo cierto es que estas reuniones van más allá de solo mostrar las habilidades con las águilas. Es el momento de competir en varias de las destrezas que necesita un nómada. El festival, que dura todo el fin de semana desde por la mañana a la tarde, tiene diversos concursos.

Por un lado, el impactante Kokpar (o kok-boru o Buzkashi) que es una especie de juego como el polo, pero que se juega con el cuerpo de una cabra muerta. Suena un poco macabro, pero es un juego de lo más popular en toda Asia Central. Se juega en equipos y ambos intentan llevarse el cuerpo al centro del terreno de juego mientras unos y otros tironean del animal.

También se celebra una competición de arquería donde, por rondas de tres, deben demostrar quién es el mejor arquero. Y lo cierto es que se lo toman súper en serio y que todos tienen un gran nivel.

Las carreras de camellos también forman parte del Festival de las Águilas, aunque cuando yo fui no se pudieron realizar pues solo una persona había llevado a su camello. Eso si, ¡el camello más elegante que he visto en mi vida!

Aunque si hubo una competición que me sorprendió, y que, por otro lado, no comprendí, fue fueron las carreras en parejas. Hasta ahí todo puede sonar normal. Lo curioso empieza cuando ves que a lo largo de la carrera la mujer se dedica a flagelar a su marido. Sí, se pasó todo el recorrido a latigazos con su cónyuge, ¿cuál es fin? No lo sé, si alguien en la sala lo sabe que me lo cuente. Cuando vi salir a la primera pareja no me lo podía creer, miré a Gonzalo a ver si estábamos viendo lo mismo, y por su expresión de perplejidad me di cuenta de que sí. No entendimos nada.

El Festival de las Águilas es una ocasión única y que si tienes ocasión de ver te recomiendo muchísimo. Para mí fue como ver todo lo que siempre había imaginado de los mongoles hacerse realidad. Águilas, caballos, nomadismo, todo junto en un enclave natural de difícil acceso.

Paseaba por allí como quien está viviendo un documental. Caminar entre las yurtas y de repente  tropezar con un camello melenudo, llegar a un círculo y están tocando música y cantando. Girar la cabeza y ver a los descendientes de Gengis Khan con sus águilas en el brazo, o a la carrera con sus caballos.

Pero el plato fuerte es sin duda ver la competición de destreza con el águila. En ella los concursantes llaman a sus águilas desde la distancia y estas acuden a su llamada hasta posarse en sus brazos. Es uno de los momentos álgidos del día y no es para menos, ver a las águilas lanzarse a la llamada es espectacular.

La cazadora y su águila

Si hay una historia en esta región que ha cruzado fronteras y que a mí me gustó especialmente fue la historia de Aisholpan Nurgaiv, la única mujer en el mundo que caza con águila.

Su historia se hizo famosa gracias al documental The eagle huntress donde cuenta todos los obstáculos que ha tenido que superar en un ambiente dominado por hombres y donde su presencia no ha gustado a nadie. No es que a ella eso la haya detenido y hoy en día incluso compite en este festival donde han creado la categoría femenina.

Cuando salió el documental en 2016, y ella tenía 13 años, ya afrontaba el rechazo que surgió ante la idea de una mujer cazando con águila en una sociedad donde las tradiciones y el conservadurismo están fuertemente inculcados. No parece que nada de eso le haya importado.

Es impactante verla cabalgar rodeada de hombres (enormes), ella que aparenta ser tan pequeña y frágil. Contrastando no solo con su tamaño sino con su color. Toda envuelta en pieles blancas. Mientras la veía me preguntaba cómo sería verla en las montañas, cuando la nieve ha cubierto Mongolia, corriendo por los riscos en busca de presas con su águila al acecho.

Además, parte de los beneficios del documental que cuenta su historia están destinados para pagar su educación universitaria. Y es que la cazadora quiere estudiar medicina. Lo juro, mi más profunda admiración.

Datos útiles

Si quieres disfrutar de este espectáculo tan impresionante, te dejo la información útil para que puedas acudir al Festival de las Águilas.

El Festival de las Águilas de Mongolia se realiza en la región de Bayan-Ölgii cada primer fin de semana de octubre.

Lo primero que debes saber es que la entrada es gratuita. Hay algunos lugares donde venden unas entradas a 30$. Que no te engañen, el festival se produce en un espacio abierto y está disponible para que acuda quien quiera.

Llegar al evento

Para llegar al evento lo puedes hacer de dos formas:

• Con tu propio vehículo: en el lugar donde te alojes, en el pueblo pregunta donde se celebra  el festival, te darán unas coordenadas con las que llegar. Con ellas podrás ir siguiendo los caminos hasta llegar al emplazamiento, en medio de la naturaleza y resguardado por unas colinas. A mí me resultó de lo más divertido.
• Contratando un conductor: si no cuentas con vehículo propio, siempre puedes contratar a alguien para que te lleve y te traiga de vuelta al pueblo. Lo  más fácil es preguntar en tu propio alojamiento (abajo te recomiendo uno), seguramente habrá más gente que quiera ir al festival y podáis compartir transporte y gastos.

Dónde dormir

Es posible acampar en la zona donde se celebra el festival, al fin y al cabo es en medio de la naturaleza, solo debes tener en cuenta que tienes que llevar tu propia tienda de campaña y que debes ir bien abrigada porque por la noche bajan bastante las temperaturas.

Lo que yo hice fue quedarme en el pueblo y el mejor sitio que encontré en relación calidad precio fue el Travellers Guest House. Cuenta con dormitorio compartido o privados (en yurtas) e incluye el desayuno.

Dónde comer

En el festival podrás encontrar puestecitos de comida donde se venden pinchos de carne o empanadas de carne de estilo mongol, las kuushuur (descubre más sobre la gastronomía mongola en este artículo).

También se venden refrescos y agua, pero si vas a querer una cerveza es mejor que la lleves desde el pueblo, ¡tranqui, no se te va a calentar!

En el pueblo de Ölgii hay un par de lugares que están muy bien para comer. Uno es el restaurante Pamukkale donde se puede comer cocina de estilo turca (aunque con cierta influencia mongola). La comida está muy buena y a buen precio. Suele estar lleno de gente.

Otro es el Coffe&Book, hay dos restaurantes en el mismo edificio que pertenecen a los mismos dueños. La comida es de estilo mongol y en la parte de arriba han decorado todo muy moderno, enfocado más a los turistas, mientras la parte de abajo suele estar llena de locales. No importa en cuál de los dos te sientes, el menú y precio es el mismo.

¿Te gustaría poder acudir a este festival? 

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